La malaria parece no tener fin pero hay esperanza
Banfield volvió a perder y suma 6 partidos sin conocer de puntos ni de goles, el rival de esta tarde, Arsenal, lo venció por 1 a 0 en el estadio Florencio Sola. El conjunto visitante marcó a los 7´ del primer tiempo y logró mantener la ventaja hasta el final. El taladro mereció la igualdad, pero el travesaño, Campestrini y la falta de fortuna se lo impidieron.En el pésimo momento del taladro se pudieron ver mejorías, el trato del balón, la concentración, la entrega y la inyección anímica del nuevo cuerpo técnico se vieron reflejados en el campo de juego, no alcanzó pero el funcionamiento del equipo cambió. En el arranque pudo ejercer el predominio del partido, en el mejor momento y cuando perecía que se terminaba la racha, llegó el gol de Zelaya y se complicaron las cosas. Banfield siempre jugo la pelota por el piso, nunca utilizó el pelotazo y pudo haber marcado en varias oportunidades. Se notó que el entrenador tiene cosas por pulir, y muchas, entre ellas quedar mejor parado cuando pierde la pelota en ofensiva. Más allá de cualquier reproche, la actitud fue diferente y el taladro se fue al descanso dejando una buena impresión.
En la segunda mitad Banfield acorraló a Arsenal y sin duda alguna mereció el gol, Gómez remató luego de una buena combinación con Quinteros y el travesaño negó el ansiado grito, luego Campestrini se lució ante Ferreyra siendo estás dos las llegadas más claras. La iniciativa y la pelota eran de Banfield, pero de a poco el conjunto visitante fue aguantando la embestida y haciendo correr el tiempo. El pasar de los minutos generó nerviosismo y recién sobre el cierre se pudo observar algún pelotazo sin destino, signo de la desesperación. Banfield luchó hasta el final con armas nobles, acomodándose a su nuevo estilo, buscando respuestas con la pelota en sus pies.
El taladro arrancó con un claro 4-4-2 en el terreno y terminó con un 3-5-2 muy ofensivo para intentar igualar. No pudo ser, las variantes fueron positivas, pero no hay fortuna y la malaria parece no tener fin. A no desesperar, hay que apoyar al equipo y pensar en positivo, ante All Boys hay que sumar y arrancar de una vez por todas.
SINTESIS:
Banfield: Christian Lucchetti; Alejandro Delfino, Mauro Dos Santos, Víctor López y Nicolás Tagliafico; Marcelo Quinteros, Walter Acevedo, Ezequiel Carboni y Juan Eluchans; Jonatan Gómez y Facundo Ferreyra. DT: Ricardo La Volpe.
Arsenal: Cristian Campestrini; Hugo Nervo, Lisandro López, Guillermo Burdisso y Damián Pérez; Adrián González, Iván Marcone, Jorge Ortiz y Nicolás Aguirre; Emilio Zelaya y Mauro Obolo. DT: Gustavo Alfaro.
Gol: 7m Emilio Zelaya (A).
Cambios: en el segundo tiempo, antes de comenzar, Alejandro Barbaro por Carboni (B) y Gustavo Blanco Leschuk por Zelaya (A), 27m Gastón Esmerado por A. González (A), 28m Marcelo Bustamante por V. López (B), 30m Maximiliano Laso por Delfino (B) y 34m Cristian Trombetta por Aguirre (A).
Amonestados: Tagliafico (B); Blanco Leschuk, Pérez y Nervo (A).
Arbitro: Juan Pablo Pompei.
Cancha: Banfield.
Fotografía: Pablo Berninzoni
Banfield no pudo en Victoria y espera por la primer práctica a cargo de Ricardo La Volpe, ayer cayó por 1 a 0 y acentúo la crisis, perdió los 5 partidos que se disputaron en el campeonato y no convirtió ni un tanto. Pésimo arranque por donde se lo mire. 
El primer tiempo fue casi monotemático, Godoy Cruz tuvo la pelota, las ideas, la iniciativa y las llegadas más claras. Luchetti ahogó varios gritos de gol y fue él que salvó a Banfield de una goleada. El tomba mereció mucho más y se fue al descanso preocupado por la falta de definición. Banfield partió rumbo al vestuario apático y desdibujado por donde se lo mire. No se veía actitud para rescatar al equipo de un pésimo y terrorífico arranque de torneo. 
En el inicio Banfield salió decidido a dominar el encuentro intentando desplegar su juego en campo rival con mucho Ímpetud, la idea de dominio no pudo plasmarse y a los minutos del arranque Racing pudo lastimar en dos oportunidades, en la segunda anotó de cabeza la ventaja desde una pelota parada. El conjunto visitante vencía y los flojos movimientos de la defensa del taladro generaban muchas dudas, nuevamente la pelota quieta era el peor enemigo. La ventaja llegó a los 7´. 
