Terminaba el segundo turno de entrenamiento de Banfield, pensando en la parada del sábado contra Olimpo, clave para sumar puntos intentando salir del fondo de la tabla y no hundirse en la de los Promedios, donde está a 10 puntos de caer en Promoción. Justo en ese momento, un grupo de 30 barras hizo su ingreso al predio de Luis Guillón. Y las caras no anunciaban buenas noticias. Clide Díaz, gerente de fútbol, se llevó al DT uruguayo Eduardo Acevedo a una habitación. Pero cuando éste vio por la ventana que los violentos convocaban al plantel, decidió primerear. Fue hasta el lugar donde era el cónclave y se presentó. La respuesta fue contundente: "No es con usted que acaba de agarrar, si no con éstos vigilantes que no ponen huevo y nos llevan a la B". La situación era tensa y Acevedo quiso bajar los decibeles: "Quédense tranquilos, yo no prometo resultados pero sí que quienes entren a la cancha van a trabar hasta con los dientes si fuera necesario". Pero los barras necesitaban descargarse. Entonces les apuntaron a los referentes prometiéndoles un futuro poco auspicioso si el equipo seguía cuesta abajo. Ahí hubo otro momento hot porque los jugadores respondieron sobre que ellos dejan todo en cada partido y al final, tras un último cruce verbal, todos bajaron los decibeles y la barra se fue cantando por Banfield.
La situación, que el club intentó minimizar, es grave no sólo porque muestra la impunidad de los violentos si no porque deja también al descubierto la complicidad que tienen en la institución, donde no llamaron a la Policía para que actúe. La barra está dominada por Miguel Angel Tuñiñali, un ex convicto que recuperó la libertad en 08 tras pasar casi cuatro temporadas en prisión. Su prontuario suma delitos por robo y presunto abuso de mujeres y en el fútbol tuvo una causa por amenazas y otra por violencia en la cancha. Y con su grupo de Villa Niza le ganó a sangre y fuego la tribuna a la histórica facción de Roma y Lynch aprovechando que los líderes de ésta, Ruso y Mikimba habían caído presos por robo e intento de homicidio.
La colaboración con la CD quedó patente en 2009 cuando fueron a la asamblea donde debía aprobarse un cuestionado balance y amedrentaron a la oposición. Y también cuando se supo por Olé que hicieron una gran fiesta de fin de año en el Polideportivo de Guillón. Pero además, tienen banca política: son hombres del kirchnerismo de Lomas de Zamora, cuyo intendente, Martín Insaurralde, y su Secretario de Planificación, Gastón Lasalle, son fanas de Banfield.