El Taladro del Emperador disputó la última fecha del torneo ante Racing en el Florencio Sola. El partido era una final por el ingreso a la copa Libertadores, y se jugó como tal, fue un partido entretenido y con el cuchillo entre los dientes. Fue fundamental el arbitraje, que influyó en el desarrollo del juego y fue perjudicial. Racing terminó ganando 3 a 1 y complicando a Banfield en vistas a su participación en la copa. La enorme campaña de Banfield no se discute, por eso su público llegó en gran número a alentar a este equipo de Julio Cesar, que con sacrificio y humildad logró meterse entre los grandes y pelear mano a mano ante equipos millonarios y con peso en la máxima entidad del fútbol argentino.
El encuentro debería haberse disputado junto a los otros que definen el cupo en la copa, de manera tal que nada este definido y se pueda pelear de igual a igual con la participación de todos los cuadros que buscan ese lugar de privilegio. Por ejemplo con el triunfo de Racing hay equipos que no tendrán porqué luchar, de haberse jugado en simultáneo no habría ventajas para nadie. Banfield deberá esperar al martes para conocer los resultados de sus perseguidores, Estudiantes, Independiente y San Lorenzo pueden superarlo y dejarlo afuera.
El partido fue muy duro, trabado y cortado. Banfield logró el primer grito de la noche, un gol inexplicablemente anulado por Rapallini a Sperdutti, que marcó lícitamente fusilando al 1 de la Academia. Banfield se sentía perjudicado, Falcioni se fue expulsado masticando bronca e impotencia. Luego el lineman anuló un gol a Racing y emparejó los errores. Hubiera sido otro cantar si Banfield lograba el 1 a 0, tal como pasó con Boca en la reanudación del campeonato. No hubo otras quejas tan relevantes en todo el torneo, salvo con estos equipos en instancias muy importantes.
En el complemento Racing marcó el 1 a 0 luego de un retroceso impreciso y desacomodado de la última línea. Banfield fue a buscar el empate y lo logró luego de machacar el arco visitante, Cvitanich marcó su 9° gol desde su regreso, siendo el máximo anotador en la campaña (y eso que jugó sólo medio campeonato). En el mejor momento del Taladro llegó el segundo de Racing, y más tarde de contragolpe el 1 a 3 final.
Pese a la derrota Banfield dejó todo hasta el último minuto de juego, los muchachos terminaron agotados y con bronca, pero con la sensación de haber transmitido el esfuerzo a todo el estadio. Los aplausos llegaron desde todos los costados, el Taladro se fue con la frente en alto, pese a todos los problemas que tuvo a lo largo de las 30 fechas, jugó hasta el último minuto peleando por cosas importantes.
Se sintió injusticia, bronca y decepción. Pero se sintió aún más la camiseta, y eso no tiene precio.
Que no decaiga, ya lo dijo el Emperador; "lo mejor está por venir".