Más allá de la continuidad del cuerpo técnico al frente del taladro, si se va se iría cuando finalice el torneo y fuentes cercanas ya lo dan por hecho, Banfield necesita redondear una buena campaña.

Los jugadores tienen que volver a morder en todos los sectores de la cancha, estar afilados y no regalar nada, no dar ninguna pelota por perdida y presionar al rival ante la pérdida del balón con firmeza, cosas a las que nos tenían acostumbrados y que nos enorgullecían junto al orden en todas las líneas.

Desde hace ya varias fechas, por no decir más de la mitad del torneo, el equipo es apático, no genera juego y perdió la solidez que lo caracterizaba. En cuanto a los resultados, de los últimos 8 partidos sólo ganó en Quilmes, el resto fueron 3 empates y 4 derrotas. La Sudamericana no sirvió y nos dejó afuera de todo, sólo el ingreso a la Libertadores está presente, pero por lo irregular de los clubes que aspiran a ingresar, en tres fechas sumamos sólo un punto y quedamos más cerca, de no creer.

Hay que ganarle a Racing, demostrar por qué estamos para jugar la copa y que clase de jugadores transpiran nuestra camiseta, el aliento va a estar.

Julio Cesar se va, pero restan 4 finales para cerrar un torneo aceptable de unos 26 a 29 puntos, no esperamos menos que eso de quiénes nos llevaron a los más alto y hasta hace poco nos hacían soñar con cosas importantes.

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