Los integrantes de la Comisión Directiva del Club Atlético Banfield presentamos la renuncia a los respectivos cargos que teníamos en la institución. De este modo, el Tribunal Arbitral convocará a elecciones para consagrar a las nuevas autoridades.
Lo hacemos por un motivo primordial: el bien de Banfield.
Queremos descomprimir la situación de persecución y violencia, tanto física como verbal, que se vive en la institución por estos días.
Más allá de todas las operaciones mafiosas contra nosotros, que las hubo y en cantidad, interpretamos como legítimo el pedido de socios de Banfield que, tras el descenso en el fútbol, pidieron que nos apartemos.
Reafirmamos, otra vez y para siempre: dejamos de ser dirigentes por el bien de Banfield.
Queremos destacar, que bajo nuestro mandato desde enero de 2012 hasta hoy, 29 de junio, a excepción de lo vinculado con nuestra Escuela (una decisión con consenso mayoritario), el club no ha realizado ni un solo gasto por fuera de sus gastos corrientes para sostener la institución. No hemos comprado, no hemos vendido, no hemos comprometido el patrimonio del club.
Somos hinchas de Banfield: aunque esté mal, también vivimos el descenso futbolístico como una tragedia. Eso no justifica las agresiones de ningún tipo de las cuales fuimos objetos. Desde un sector se le realizó un daño muy grande a nuestras familias. Ni nosotros ni nuestras familias se merecen semejantes intimidaciones.
Nos duele en el alma ver esta división entre los hinchas de Banfield. Si todo el problema somos nosotros, ahí tienen nuestras renuncias y la convocatoria a elecciones. Le deseamos a las futuras autoridades el mayor de los éxitos para lograr un rápido ascenso en el fútbol.
Creemos que lo relativo a la institucional se soluciona con dos medidas: una precisa auditoria y una convocatoria de acreedores. Ambas acciones las íbamos a encarar de inmediato, tras la renuncia del ex presidente Carlos Portell. Ahora pedimos que ese trabajo lo lleven a cabo quienes tengan la responsabilidad de dirigir la institución.
Tuvimos la mejor de las intenciones, somos honestos, somos buenas personas. No nos vamos ni por cagones ni por la puerta chica; nos vamos porque este clima de hostilidad le hace mal al club. Esperamos de corazón que pronto reine la armonía entre los hinchas de Banfield.
Nos vamos muy tristes, porque nuestros sueños eran otros. Pero nos vamos con la convicción que estamos haciendo lo mejor para nuestra amada institución.