Las expectativas son muchas. Comienzan a sentirse nudos en la garganta, cosquilleos en el cuerpo, la ansiedad nos va tomando y se va apoderando de nosotros con el correr del reloj. Las sensaciones que siempre se renuevan en cada inicio de campeonato, a pocas horas del debut, están a flor de piel en cada hincha del taladro. Están los que rezongan, los que el fanatismo nubla, los que lloran, los que aplauden hasta los laterales a favor... En fin, en este instante todos están pensando y comenzando a sufrir el "Síntoma Debut".
Banfield recargado por sus incorporaciones tiene ilusiones de protagonismo, ese que tuvo en el torneo pasado pero no pudo trasladar a la red y por lo tanto a las unidades cosechadas.
El equipo de Matías Almeyda contagia, ha sabido realizar partidos inolvidables, pero no supo ser regular, sufrió en defensa, fue poco efectivo, y terminó desganado. El plantel tiene revancha, jugadores de alto calibre acompañan las ilusiones del hincha, que espera ante Temperley poder disfrutar de las figuras que este Banfield tiene en sus filas, espera encontrar a un Juanito encendido, acompañado de un grande, como es Erviti para enfocarlo en el camino, con Tito y Bertolo taladrando defensas por los costados. El taladro ira a la carga bajo la seguridad que se espera volver a encontrar en Nico Domingo, quien supo ser un león en el mediocampo y bancarse la lucha sólo, como loco malo.