Banfield tiene un sistema de juego bien definido, necesita imperiosamente tener el balón para ser punzante con sus tres puntas, es fundamental, dentro de esta estructura, la tarea del ecuatoriano para manejar la pelota en ofensiva y generar fútbol de alto riesgo. Erviti tiene la experiencia y la cualidad de desdoblarse en sus funciones, de ser el equilibrio entre líneas. Con o sin la pelota en su poder Banfield tiene en él un jugador que respalda la idea del DT desde el campo de juego
Juanito encontró en Erviti el socio ideal, Walter es una máquina, su despliegue y visión del juego aportan el equilibrio justo, es importante para asociarse con Cazares y para auxiliar a Domingo, o a algunos de sus compañeros que se suman en ofensiva.
Ambos tienen las riendas del equipo, asisten con facilidad pelotas claras y en profundidad a sus compañeros, ante Tigre fueron importantísimos, tanto como para lograr la victoria como para mantenerla.
Juanito exigió a García en más de una ocasión, pegó una pelota en el palo y otra en el travesaño. Fue determinante en cada balón que le tocó jugar y terminó gambeteando rivales al mejor estilo de un 10 con mucha categoría.
Walter fue auxilió de los laterales cuando se posicionaron en ataque, junto a Domingo recuperó muchas pelotas, y fue preciso en la creación de juego. El volante tuvo un gran trabajo, Erviti volvió al nivel que supo demostrar en el 2009 cuando Banfield fue Campeón de Primera.
Las figuras del partido contaron con el apoyo de Nico Domingo, quien luego de la operación e imposibilitado de realizar la pretemporada, está volviendo a ser el león del mediocampo con una gran tarea y un magnifico despliegue.
Da gusto ver a Banfield, puede ganar perder o empatar, pero su juego lo hace distinto, por algo para muchos es el equipo que mejor fútbol realiza en nuestro país.