Cardaccio: " ahora tengo que ver dónde continuará mi carrera"

Mathias CardaccioNota realizada por Nicolas Berardo para el diario Olé, Cardaccio no da por concluida su transeferencia auqnue sostiene que está buscando otro destino.

Mathias Cardaccio recuerda con cariño la etapa más glamorosa de su carrera, cuando en Italia compartió vestuario y algunas cenas con la banda de brasileños. Ya más grande, reconoce que el haber ido tan joven a Europa le impidió entender en qué lugar estaba y disfrutar de la experiencia.

-¿Es verdad que de chico te vino a buscar el Barcelona?
-Sí, fue todo muy raro. Tenía 16 años y estaba jugando la Punta Cup, un campeonato que se disputó en Maldonado. Habíamos llegado a la final y nos tocó enfrentar al Barsa. Y en medio de la tristeza porque habíamos perdido se me acercaron un par de enviados y me preguntaron si tenía pasaporte comunitario.
-¿Así de golpe?
-Sí, no entendía nada. Era muy chico, pero tenía una ilusión enorme.
-Igual, ofertas de Europa no te faltaron.
-Sí. Primero fue Lazio en enero de 2008. Y tenía casi todo arreglado, pero el presidente de ellos, a último momento, tiró todo para atrás. Luego estuvo la posibilidad de ir a Juventus. De hecho, yo estaba convencido de que iba a jugar ahí, y cuando viajé a Italia apareció lo del Milan. Cualquiera de los dos equipos era importante, pero me gustó la segunda opción porque tenía más figuras. La expectativa de cualquier chiquilín era jugar en Europa y ese factor fue decisivo.
-¿Te dabas cuenta de lo que estabas viviendo?
-Era un sueño, tenía 19 años. Hoy, con 22, sería distinto. Imaginate, estaba en uno de los cinco mejores equipos del mundo, lleno de figuras... ¡Yo jugaba a la PlayStation con ellos en mi casa de Uruguay! Era irreal.
-Imagino que no fue fácil estar ahí...
-Los jugadores más grandes me ayudaban a darme cuenta de dónde estaba. En el momento, no pude disfrutar de lo que hacía Ronaldinho adentro de una cancha, lo mismo me pasaba con Kaká y las otras figuras... Recién después, cuando bajaba un cambio, me daba cuenta.
-¿Y cómo te llevabas con el entrenador?
-Tenía una buena relación. Ancelotti me decía Mathi. Por ser tan joven, me trató de otra manera y me hizo sentir muy cómodo. Es una persona seria, no es de esos técnicos que te puede tirar un chiste... Le dedica mucho tiempo al trabajo, y eso sirve porque te hace aprender. Y va al máximo, está pendiente de los detalles y ahí me di cuenta de cosas que me sirvieron mucho...
-¿Hablás de Ancelotti o de Falcioni? -(Risas)
Y, Julio tiene cosas de Ancelotti porque es muy táctico y hace pocos chistes, je. Verlo reír a Julio no es muy común.
-Además en el Milan te tocó ir a un equipo de jugadores consagrados.
-Claro, junto con Pato éramos los más pibes.
-Te gusta la camiseta 13. Pero allá no hubo caso.
-Siempre usé ese número porque fue el que llevé en mi mejor etapa en Nacional. Pero lo tenía Nesta, y ¡andá a sacárselo!
-¿Con quiénes pegaste onda?
-Con Senderos, que hablaba español como Seedorf. Ibamos a comer juntos. Y después, vivía en la casa de Ronaldinho, je. Estaba todo el tiempo ahí junto con los brasileros: Pato, Dinho, Emerson...
-¿Y Kaká?
-También, pero él es un tipo que tiene su propia familia, y aparte es muy religioso y más tranquilo. Con Phillippe (Senderos), Ambrossini y Pirlo hice una relación excelente. Hasta hoy me sigo escribiendo con ellos, y ésa es una de las cosas más hermosas que te brinda el fútbol.
-Beckham, en cambio, es el ídolo de un familiar cercano.
-Sí, de mi hermana Belén. Ella se quería sacar una foto con él, la cual consiguió. Fue un temita delicado tenerla...
-¿Por qué?
-Fue así: estábamos en el centro de Milán y pasó David con el auto y le dije: "Ese que va ahí es Beckham". Ella no lo podía creer y me pidió verlo. Lo salió a correr, y le tuve que rogar que no lo hiciéramos tan obvio porque yo era su compañero, así que la convencí de que lo viéramos desde atrás de un auto. Al día siguiente, en el complejo del Milan, la llevé y conseguimos la foto y el autógrafo.
-¿Por qué te fuiste de Milan?
-Porque no tenía continuidad. Quería jugar y llevaba un tiempito sin entrar, por eso decidí irme. Estuve tres meses sin jugar. Después se dio lo de Banfield y ahora tengo que ver dónde continuará mi carrera.
-¿Banfield cumplió con tus expectativas?
-Totalmente. No tengo más que palabras de agradecimiento para el club. Es una institución modelo.

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