Nuestro glorioso taladro busca repetir y clasificar a cuartos de final en la prestigiosa Copa Libertadores. En el 2005 estuvimos a unos centímetros de llegar a semis y ahora vamos de nuevo, mañana mucho público alentará en el estadio, Banfield pintará el Beira-Rio de verde y blanco y los corazones palpitarán a mil.
Acá, en Brasil, y en todo el mundo en dónde habite la sangre albiverde se vivirá como una final, ellos serán 58 mil, pero nunca alentarán como nosotros, no es un partido más, es el camino a un sueño preciado por todos, en donde somos protagonistas y tenemos chapa para lograrlo. Mañana no es un día más, alentemos como sea que Banfield lo siente.
El viejo taladro anda de copas, tiene una estrella en el alma y hambre de gloria internacional.
Acá, en Brasil, y en todo el mundo en dónde habite la sangre albiverde se vivirá como una final, ellos serán 58 mil, pero nunca alentarán como nosotros, no es un partido más, es el camino a un sueño preciado por todos, en donde somos protagonistas y tenemos chapa para lograrlo. Mañana no es un día más, alentemos como sea que Banfield lo siente.
El viejo taladro anda de copas, tiene una estrella en el alma y hambre de gloria internacional.