-¿Se puede decir que maduraste como técnico?
-Arranqué como entrenador en River a los 37 años y con una presión bastante fuerte, que era que no se podía fallar. Haber dirigido a River un año y medio fue como hacerlo siete en cualquier otro equipo. Rescaté cosas positivas y de las otras. Y todo proceso lleva un tiempo. En Banfield, la metodología de trabajo cambió mucho en relación con lo que fue en River. Y así seguirá siendo con el tiempo porque como cuerpo técnico no queremos quedarnos. Estudiamos constantemente y tratamos de mejorar. Queremos crecer constantemente.
-¿El sistema de juego 3-3-1-3 es una copia del de Bielsa?
-Hay una mezcla. Saco cosas de todos los técnicos que tuve. Por ahí, la intensidad con la cual buscamos el arco rival y tratamos de defender, es propia del estilo Bielsa. Corren todos por igual, es un equipo muy solidario. Pero muchas veces cambiamos de sistema en medio de un mismo partido. El fútbol cambió: el alemán, el inglés, el italiano mismo. Los tres clubes que marcan una diferencia en España, Barcelona, Real y Atlético, tienen distintas estrategias pero una misma intensidad. Y estamos intentando eso, y por ahí cambiar el molde de lo que antiguamente se hacía. Si no lo tratamos de mejorar los entrenadores, el fútbol argentino corre peligro de muerte.
-¿Para tanto?
-En el fútbol se necesita evolucionar. Y nos estábamos quedando.
-¿Por eso la propuesta de Banfield es tan ofensiva?
-La idea de Banfield es proponer. Pero también es un equipo que se rompe el alma a la hora de recuperar la pelota. A veces, este Banfield me emociona. Acá estoy viviendo el ideal del fútbol porque los hechos valen más que las palabras. Ojalá que lo podamos cristalizar consiguiendo el ascenso. Sabemos que el camino es muy largo.
-De hecho, vienen de recuperarse de cuatro partidos sin triunfos.
-A veces es normal que pasen esas cosas. Pero a pesar de la mala racha, nunca perdimos la confianza. El 3 a 0 contra Villa San Carlos vino bien para levantar el ánimo.
-En el plantel no sobran los talentosos ni los grandes nombres. ¿Reemplazan con inteligencia algunas carencias técnicas?
-Cuando yo jugaba, era más inteligente que técnico. Me las rebusqué gracias a eso. Y en Banfield pasa algo muy parecido. Tengo muchos tipos inteligentes, que entienden el juego. Y eso es muy importante.
-Los buenos equipos poseen una columna. ¿En Banfield quiénes la integran?
-Bologna, el arquero, está en un nivel bárbaro. Bianchi Arce vino de Italia y es el líder de la defensa. Domingo en el medio es clave: está en el mejor momento de su carrera y encima tiene más para dar. Cazares es importante como enganche en su primera experiencia grande. Y los tres delanteros son clave. Noir es un wing que desequilibra con la gambeta y que cuando mejore en la definición va a ser todavía más importante. Salcedo sabe cuándo jugar de primera y cuándo a dos toques, y tiene mucha jerarquía. Es un goleador. Y Andrés Chávez tiene una gran potencia y hace goles. Con nosotros bajó siete kilos. Cuando encara, no lo pueden parar. Y tiene margen para mejorar.
-¿Por qué tu Banfield juega distinto a tu River?
-En River también teníamos pensado jugar con un 3-3-1-3, pero no lo hicimos porque no tuvimos tiempo. Este tipo de juego en River ni lo intenté hacer. Todo esto iba a venir más tarde (se ríe)...