"Hace cinco años que estoy jugando y es la primera vez que me cortan abajo del ojo. Ya estoy más tranquilo. Si me lo vuelvo a cruzar a Barrientos no va a pasar nada", sostuvo Ramírez, quien recuperó la serenidad tras haber estado el viernes enfurecido luego de que el volante albo le causara con alevosía un corte en el pómulo izquierdo.
Ramírez aclaró que conversó con algunos jugadores de All Boys e inmediatamente subrayó: "Algunos compañeros me dijeron que Barrientos es un mala leche. Se nota, ahora tengo el ojo morado, hinchado y adentro rojo".
"En ningún momento fui a buscarlo. En la cancha sí, pero en el vestuario no. Escuché algunos gritos, pero no pasó nada", cerró Ramírez.